Estructura de un texto expositivo

Los argumentos 

 La estructura argumentativa se constituye a partir de diferentes componentes como la tesis, las definiciones derivadas y los argumentos. Respecto a esto últimos se puede decir que son las razones propuestas para creer en la veracidad de una tesis o afirmación propuesta. Los argumentos pueden ser inductivos o deductivos, siempre y cuando expliquen el por qué la tesis es verdadera. Sin embargo, bien se podría decir que hay 3 tipos de argumentos, los incorrectos, los correctos y las falacias. 

Hablando del primero, se afirma que un argumento es incorrecto si hace mal uso de la lógica argumental. Este uso incorrecto se puede evidenciar de distintas maneras, tales como la generalización de un caso particular y el establecimiento de relaciones causa efecto falsas o hechos falsos, como asumir que todos los videojuegos causan violencia. También, se puede constatar cuando el argumento crea círculos viciosos, tales como la creencia de que ser carpintero produce dinero. Igualmente, un argumento es incorrecto si es la causa de polarización respecto a un tema. 


En cuanto al segundo tipo,un argumento es correcto si sus premisas y conclusiones son verdaderas. De acuerdo a su estructura lógica los argumentos pueden ser empíricos ya que demuestran una causa y su correspondiente efecto. Estos argumentos pueden ser deductivos, cuando parten de ideas generales o definiciones; inductivos cuando tienen una plausibilidad empírica y se construyen a partir de hechos particulares que sirvan como generalizaciones que podrían terminar en una posible hipótesis; también puede servir para contra-argumentar. Por otro lado, de acuerdo a la forma de argumentación, los argumentos pueden servir para ejemplificar o para hacer una analogía. La primera se utiliza para señalar casos en los que se manifiesta lo expresado en la tesis. La segunda, por su parte, es utilizada para explicar casos confusos a través de casos similares que sean más claros. 

 


Asimismo, cuando se habla de una falacia se tiene en cuenta una afirmación que parece ser válida, pero no lo es gracias a distintos factores que no lo aprueban, esta se diferencia de errores comunes cotidianos como lo es validar en trabajos escritos o en la lengua al presentar un sesgo o razonamiento engañoso o inválido, la cuál se usa para justificar una idea determinada; actualmente en la educación superior es importante tener en cuenta las falacias argumentativas para obtener la capacidad de elegir las ideas con validez y así evitar información falsa.  


By: Katalina guerra y Susy Porras


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